La mejor forma de evitar que los gérmenes se propaguen es lavándote las manos con jabón después de ir al baño, estar en contacto con basura, animales o personas enfermas, manipular alimentos crudos o de ensuciarte con algún producto.
Lo ideal es lavarse la cara dos veces al día con jabón, una vez en la mañana y otra en la noche. Luego puedes utilizar una crema humectante o un exfoliante.
Es necesario bañarse o ducharse todos los días para eliminar el olor corporal y las bacterias que se acumulan en la piel. Báñate con agua tibia y jabón, enjabona tu cuerpo y enjuágalo.
Convierte el baño en tu mejor momento, escoge tu música favorita, prende algunas velas y relájate con una deliciosa fragancia.
La hidratación empieza por dentro con 8 vasos de agua diarios. Humecta tu piel utilizando jabón y la crema de tu preferencia.
Acostúmbrate a exfoliar tu piel diariamente para eliminar células muertas y regenerar tu piel. Puedes hacerlo con una mezcla de azúcar y avena. Frota esta combinación en tu cuerpo con una suave esponja y listo.