Los buenos hábitos comienzan desde la infancia, y enseñar a los niños el cuidado de la piel y el cabello puede ser más fácil de lo que parece.
La clave está en hacerlo divertido y sencillo.
Empieza por enseñarles a lavarse las manos con agua y jabón líquido varias veces al día, explicando que así evitan bacterias y mantienen la piel protegida. También puedes incentivar el baño diario con jabones de tocador de aromas suaves y agradables, para que lo asocien con un momento agradable.
Cuando salgan al sol, enséñales a aplicar protector solar en rostro y cuerpo, explicándoles que los rayos del sol pueden dañar la piel si no la cuidamos. Este sencillo hábito no solo los protege, sino que también les enseña a ser responsables con su salud desde pequeños.

Con una guía práctica, los niños aprenden que el cuidado personal es parte de su rutina, algo que los acompaña siempre.





